Nuestro latir



Una vida tan larga
Que la impostura no se distingue fácilmente.
Y esos rítmicos titubeos
Llegan puntuales en la luz naranja de una madrugada.
Yo sé mejor que nadie
Que vivir de mentiras es una forma lícita de supervivencia,
Que vale lo mismo, si es que hubo verdades.
Paladeando una descarada inseguridad,
Dejando filtrar el límite
En cualquier lengua,
Entóname una farsa pegadiza,
Si es posible ponle tu acento:
a tu manera,
como si fuese
Lo mejor que te queda por decir.
Sí, una como ésa, con el iris al tendido
Para que no se sepa de su origen
Pero no te fíes, no hay descuido,
Que cuanto más idiota se te antoje mi alma
Más rota y más amarga se columpia
En tu desgana.
Palabras ordenadas por el viento,
Palabras a las órdenes de nadie,
Borboteando generosas
En labios gruesos como jirones de deseo.
Y ese arte para contar
Las más inverosímiles historias.
Regálame una patraña
Que lleve en volandas al aire,
Que me deposite en tierra,
Que me ensucie la cordura.
Regálame el poder
De olvidar que aprendí demasiado,
De callarme en tu aliento,
de respirar
Solamente y por siempre
Nuestro latir de broma.



Comentarios

Entradas populares