Uff, dijo ella



Uno ni se da cuenta
De que juega,
Y sigue, y lleva a cuestas
Lo que cree eterno.
Hasta que un día le hace carambola
A esa mezcla de trampa y de destino
Y  la bola recorre una trayectoria impensable,
Al tiempo que retornan los aromas.
Y qué alivio da no ser el mismo,
Qué hermosura renacer,
Reconocer tus rasgos y no dolerte ni un poquito,
Como si nada,
Como si hubiera olvido
Aunque hubiese creído un par de instantes

Que eras indeleble.

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